Ah! fui a ver las obras de
Javier Marín que hay en el Museo
Lola Olmedo, son poquitas pero el tipo este es maravilloso, ciertamente
miguelangesco.
Pero siempre hay un pero, en este caso la
museografía, un error
cuasi perpetuo de este lugar. primero la
señalización del
nabo, no sabes por donde inicia la
expo, y luego, queriendo seguir la ruta lógica aparece una
monita diciéndote que es por el lado contrario... entras y ¿cual
expo de escultura?, te meten a otra de artesanía
mexicana, muy buena pero que ni al caso, rompe totalmente el ritmo de
contemplación de la muestra... luego quieres pasar al siguiente piso a ver lo que resta de la obra y no, por esas escaleras no, esas son de salida... entonces tienes que SALIR, subir por afuera y ya ver lo expuesto en la planta alta, para finalizar bajando por la escalera que llega a la sala principal.
mmmmh.
¿que no seria mejor que lo dejaran a uno hacer el recorrido por planta baja, subir por esa escalera de caracol (que es tan incómoda para bajar) a la planta alta y luego salir por la escalera exterior que te lleva directo al jardín donde se exhiben las últimas piezas?
...no señor! si lo que quieren es que te
chutes a fuerza la colección de
artesanía de doña
Lola.
pero por que hacerlo
así? esa colección es lo suficientemente buena como para llamar la atención del público por si sola sin necesidad de estupideces
museográficas.
en fin.
...pero el buen sabor de boca de la obra nadie lo quita